“Destruir es crear”, ha dicho Bakunin. Más exacto sería decir que toda creación destruye algo. La Naturaleza no podría engendrar nada nuevo, si la obligasen a conservar lo viejo. Las formas son infinitas, pero la materia no, y es forzoso fundir el bronce de las estatuas pasadas para hacer las futuras. Por eso, si los ancianos no murieran, los niños cesarían de nacer. Por eso la muerte mantiene el amor sobre la Tierra. De aquí el aspecto uniforme del mundo: un aspecto de lucha. De aquí el sabor trágico de la vida. Hay una ley de impenetrabilidad universal: las cosas no se mueven sin desalojar otras cosas, las ideas no se mueven sin desalojar otras ideas. La realidad no es apacible, no es suave, ni siquiera cortés; es violenta, porque es necesaria. Su violencia aparente varía con la rapidez de los cambios. Distinguimos entre evoluciones y revoluciones por un cómodo artificio de lenguaje. Una evolución es una revolución lenta. Una revolución es una evolución veloz. Entre la mansa corriente del Gironda y la caída a pico del Niágara imaginamos muchas pendientes intermedias; la fatalidad del movimiento es la misma. Intentad detener el más sosegado de los ríos, y pronto os veréis derribados por los Niágaras que fabricó nuestra locura…
Irudia: TX4RLi
Testua: Rafael Barret. La Lucha Social (Testu osoa hemen)
Musika: RIP – Guerra y destrucción.