No somos ya hijos de los dioses. No está ya nuestra grandeza en el pasado, sino en el futuro. No es de arriba y de lejos de donde nos viene la vida, sino que nos envuelve, nos abraza, nos penetra. Semejantes a las plantas, sentimos las partes elevadas de nuestro ser besadas y agitadas por el viento libre, al tiempo que nuestras raíces, largas y tenaces, nos atan cada vez mejor a las tinieblas fecundas. Y he aquí por qué amamos la tierra más sólidamente, más lúcidamente, más humanamente.
El retorno a la tierra. Rafael Barrett.
“El Cívico”n argitaratua 1906ko irailaren 12.ean.
Harrijasotzailearen argazkia Andrés Arlazón-en bildumatik. Oñati 1967.
Kollagea : TX4RLi